“No hay democracia con analfabetos”. Quienes no aprendieron a leer ni escribir se marginan de un sistema que propugna derechos y obligaciones (no necesariamente bien ejercidos) que ellos ignoran. La manipulación reina en estos sectores sumidos en la pobreza y el olvido. ¿Quién se preocupa? Quizás personas con intereses antojadizos.
Jorge Luis Merino MarchánEste verano fue el más divertido de mi corta y aburrida vida. Agradezco a todos los que me hacen feliz dejándome escribir barbaridades sobre ellos. Quiero, simple y sintéticamente responder algunas cuestiones que considero fundamentales.
La primera es sobre los jóvenes culpables de todos los males de la sociedad por su inexperiencia. Escuché decir, en reiteradas oportunidades, que los jóvenes no pueden participar en política porque no conocen de ella. Me sentí un poco afectado, porque si no podemos participar tampoco yo podría escribir sobre política. Ahora, cuando hablan de política, ¿a qué se refieren?
Si es al clientelismo, a ofrecer coimas para torcer una votación, a manipular los caudales públicos a favor de unos pocos, a mentir, a negociar en contra de su propia voluntad, a transar alianzas improductivas, a no tener ideales, a no seguir una doctrina de vida, a cantar marchas sin conocer la historia, bueno, no solamente yo como joven no podría participar en política, sino que jamás lo haría. Prefiero ser un anarquista de cuarta con firmes convicciones, con base sólida de ideales y, sobretodo, un pelotudo antes que ser político.
El problema no es la juventud, acá el problema es no tener ideología. Si miramos-leemos-el discurso de nuestros “viejos“ dirigentes, Riquelme incluido, caen en innumerables contradicciones. Lo peor que lo hacen en un mismo discurso. La juventud no es el problema, el problema es la incompetencia. Existen jóvenes que no son incompetentes, adultos también. He aquí ejemplos históricos-para no quedar atrás- Tutankhamon, Calígula, Ceferino Nambucurá, Juana de Arco, Veteranos de Malvinas, y permítanme a Sid Vicious, Kurt Cobain y Jimmy Hendrix. Millones son los casos para citar.
Tengo menos de un cuarto de siglo de vida y vi lo suficiente como para actuar. ¿Soy inexperto para participar política? Definan primero que es la experiencia, que es la política y después hablaremos. El grave inconveniente en nuestros lares es la indiferencia a lo público.
Sobre el pueblo. El pueblo no vota, votan los ciudadanos y estos ciudadanos no son libres en su elección. Esta es una verdad en la que no pienso entrar en discusión en ningún momento de mi vida. No somos libres. El fin de semana el convencional Riquelme expuso una de las razones por la cual no somos libres: el analfabetismo. Mientras nos lamentamos por el retraso de nuestros carnavales, una gran parte del pueblo no puede siquiera leer un cuento de niños.
Acá quiero marcar la única verdad que comparto plenamente con el convencional Riquelme sobre la publicación bilingüe de la Carta Orgánica. La gente que habla en guaraní no lo lee, le he vivido en innumerables ocasiones, jamás repartiendo boletas con promesas vacías, siempre con un mate en casas a las que fui invitado a entrar.
Siguiendo con el pueblo. Se llenan la boca de pueblo, es ahora que se llenen las manos de la sangre del pueblo. El pueblo es oprimido, por lo tanto no es libre. De lo que ustedes, amigos poderosos, no se dan cuenta es que ustedes también son oprimidos por la misma opresión que generan. Cuidado, el pueblo verdadero, puede decidir liberarse algún día.
Lo único que puedo-por ahora- recriminarle a la Convención Estatuyente es que, a mi criterio, los empedradeños que viven en toda la zona rural del departamento no estaban representados. No es culpa de los electos, sino de los que armaron las listas, tampoco pensemos que los que no entraron a la convención los iban a representar. Miren las listas sábanas y van a ver nombres de personas, políticos, que no viven en esta localidad. Lo demás, Carta Orgánica, no quiero ni debo decir nada porque no conozco los documentos, sería hablar de dimes y diretes. Muchas estupideces se dicen, no quiero ser parte de eso. La Carta Orgánica va a salir de acorde a las personas que la redactaron, mal o bien.
No me parece criticar un trabajo que no conozco. Me da, sí, mucha pena por esto: Supongamos que alguno de los convencionales se dedicó al máximo en la redacción, supongamos que dentro de sus posibilidades sudó la gota gorda para dar lo mejor de sí en esta Carta Orgánica que hoy criticamos por ineptitudes, despojos, y demás. Me parece una falta de respeto, pero es lo que pienso poniéndome en el lugar de alguno. ¡¡¡Sí alguno de ustedes, malditos lectores, critica de esa manera alguno de mis escritos no tardaría en responder!!! :D Pero bueno, que se hagan cargo.
“El cambio”, lo escuche muchas veces en campaña es imposible un cambio cuando se mantiene y se cuida la atmósfera que mantiene al viejo régimen. Esto no es dialectico, acá no hay opuestos, son todos de la misma calaña, no nos confundamos. Confío que alguno sea el iluminado que nos lleve al verdadero cambio. Cuando lo encuentre se van a dar cuenta porque me voy a unir a él, o ella,-o nosotros y ustedes- vaya a saber.
Apoyo al convencional Riquelme en algo que, supongo, está muy mal. Quitarle la posibilidad de expresarse. Si bien los gritos del convencional chemista son un poco molestos, no me parece la medida. ¿Que pasa si después me quieren hacer callar a mi?(jaja) Igual, tienen un reglamento interno, que no conozco, pero ellos sí y sabrán lo que hacen. Y si no saben…bueno, cambiemos de tema.
Me aterra, escuchar todo lo que escucho, pero son visiones del mundo-contrarias a la mía-, lo único que quisiera es que no bastardeen la palabra “pueblo”, a veces queda grande en muchas bocas y pesa demasiado sobre algunas espaldas. Conozco a lo que ustedes llaman pueblo-no a la oligarquía local- y no están pensando en la Carta Orgánica, ni en Riquelme, ni en la puta que lo parió, piensan en algún día, antes de morir, poder leer alguna palabra, en sus hijos que se lastiman las manos en la chacra, pero que leen-no de corrido- gracias a algún maestro de campo con verdadera vocación, piensan en llenar los platos cada mediodía y, sobretodo, tiene presente los verdaderos valores de la comunidad: paz, amor, compromiso y caridad. Quizás mueran analfabetos, pero ustedes burócratas, políticos de elite, pertenecientes a la clase manipuladora, jamás podrán sacarles la única libertad que poseen en sus almas: el deseo de libertad.
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