COSAS QUE QUIERO DECIR. EPISÓDIO II. CAPÍTULO 3

Ahora sí, lo último. : )

¿El viceintendente no sabe hablar? Buenas fuentes me dicen “Están peleados”, José y Andrés. ¿Será verdad? No están juntos como antes. “Casi me olvidaba”, dijo Cheme al momento de hablar de Andrés Gómez.

Al vice lo escuché una vez hablar. Me dijo un mala palabra cuando paró su auto, que iba delante mío, en plena calle y tuve que desviarlo. Seguido de un gestito con la mano. Sólo le dije “¿Qué hacés?”. Bueno, esa vez todavía no era vice. Ahora sí le tengo miedo, es funcionario. Ojo al piojo.

Recién asume esta fórmula y si nos dejaron un mensaje para la posteridad es como dilapidar toda una imagen en una noche de acto de campaña. Los tildaron y todavía me pregunto si ellos estaban en el estado que parecían estar. Ahhhhhh, ahí también lo escuché hablar al vice, bueno, hablar como se dice hablar…no. Más bien era un balbuceo, seguida de la risa de sus correligionarios. La noche del corte de ruta la gente decía, al termino, “estaban …” ya saben qué. No quiero repetir esa palabra. Bueno, pero hay que superar los problemas alguna vez. Así que es tiempo que hable. O, de verdad, no sabe.

Gastaron tanta guita en campaña y no contrataron un asesor de imagen. Lo que es peor, no se daban cuenta del papelón. El dicho dice “Hazte la fama y échate a dormir”, ustedes mejor no duerman y háganse cargo de sus temas.

Hay otra persona que me produce una sensación de misterio. Me preocupa que pueda estar tramando cosas oscuras detrás de esa personalidad voluble. Es un convencional, lo escuchaba hablar en campaña, después se peleó con sus compañeros de fórmula vaya a saber porqué (chan) pero le dijeron “vos te quedás porque las boletas ya están impresas”. Lo ví jugar a la pelota con el grupo opositor, hablar con ellos, reírse con sus bromas. Pero no lo vi charlar con los de su fórmula. Eso sí, durante toda la convención –a propósito ¿algún día terminará?- levantó la mano siempre a favor de los que lo despreciaron. Escuchó los gritos de su compañero de bancada pero nunca estrechó su mano.

Un robot al servicio de algo que parece con creer. Se dedicó a levantar la mano en contra de sus convicciones, algo así como “obediencia debida” o “de vida”, vaya uno a saber. ¿Es bueno para su futuro político? No sé el nombre, si alguno lo sabe escríbame. Esperaba ver que se erigiera un líder en quien poder confiar a futuro como ciudadano, esperé, esperé. Todavía tengo esperanzas, pero hasta hoy nada. ¿Tendré que tomar el toro por las astas? Por lo pronto prefiero tomar los libros y rendir finales.

Prometo que esto fue el último capítulo-por ahora-. Saludos a mis admiradores.
Ayer decía que uno de los motivos por los que nace el blog es para tener archivo. El otro, me lo recordó un amigo ayer, era para conseguir minitas. El archivo funcionó, lo de las minitas…. Me tengo que dedicar a la poesía. Permiso.